lunes, 21 de enero de 2013

LA CIUDAD DEL DISCURSO. POPAYÁN 1930-1940


"Exactamente como el hombre transforma el mundo que lo rodea,
se transforma así mismo en el proceso de la historia.
El hombre es por así decirlo, su propia creación".
Erich Fromm

Las ciudades siempre han estado circunscritas desde sus inicios a proyectos y  construcciones discursivas que las configuran y les otorgan su carácter particular en la historia. La ciudad que ha privilegiado el discurso dominante, es la ciudad que se ha configurado desde las élites político-sociales, que con visos de hegemonía pretenden establecer la identidad y memoria colectiva en sociedades culturalmente diversas.

Al aludir a la Ciudad como discurso, entendamos esta elaboración discursiva como un tipo especifico de práctica social. Son las prácticas dominantes, organizadas y ejercidas desde los grupos de poder político, económico y social que administran y privilegian el escenario urbano en diversos sentidos. Esa administración se ejerce en la organización y distribución del espacio urbano, sus formaciones simbólicas, la manera como se nombran desde la oficialidad los espacios de la ciudad y se pretenden regular las prácticas de sus habitantes en estos.

Este capítulo aborda como la coyuntura del IV Centenario de fundación de Popayán, concibió una ideología particular de lo urbano, en su avance hacia la modernización de la ciudad, ligada a la configuración simbólica del espacio y orientada hacia la integración y unificación social en torno a un discurso y una memoria particular de ciudad, desde lugares, emplazamientos, personajes, monumentos y fechas específicas. 

Imagen Oficial del IV Centenario de Popayán
Fuente: Archivo Central del Cauca

Las ciudades como los discursos son construcciones y prácticas sociales, parten de la concepción ideológica de sus pobladores. Sus representaciones, individuales o colectivas, vagas o concretas, son indicios de la esencia que las constituyen como ciudades, representaciones que son de una diversidad infinita; lenguajes, imágenes, tiempos, ritmos, escrituras, símbolos que narran la ciudad a cada paso y que en efecto hablan de su historia. 

Al iniciar el siglo XX, Popayán era una ciudad que urbanísticamente no tenía nada que ofrecer; lodazales, lotes desolados utilizados como basureros, malos olores, edificaciones deterioradas, ausencia de acueducto propio y carencia de electricidad, casas a punto de caerse, caminos de difícil acceso, era un poco el panorama de la ciudad. Para ilustrar los primeros años de vida de la ciudad a la luz del siglo XX, el trabajo del historiador Gerson Galo Ledezma, “Inventando la Ciudad Blanca”, es un interesante material en este sentido. [1]

Pero es con la celebración del IV centenario, que Popayán experimenta cambios significativos en la planeación y construcción de su núcleo urbano. Aunque en los primeros años del siglo XX se adelanto en algunos aspectos, fue en la década del treinta donde se advierten cambios urbanísticos importantes. Monumentos, placas, panteones, museos, arquitecturas, pinturas, poesías, hablaban de la grandeza histórica de la ciudad. 

Llegado el año de 1930 y durante toda esta década, una de las mayores preocupaciones de la élite político-social payanesa, fue la preparación urbanística y estética de Popayán para celebrar su IV centenario. A través de una simbología pomposa y un discurso totalizante, quiso señalar el pasado ilustre de la ciudad y conservar su herencia colonial. Sin abandonar el influjo de sus tradiciones religiosas y aristocráticas, el pasado, como centinela de ese presente de la ciudad, aparece para organizar el rostro visible de Popayán.


[1] MENESES Ledezma, Gerson Galo. Inventando la Ciudad Blanca: Popayán, 1905-1915. En: Memoria y Sociedad. Revista del departamento de Historia y Geografía Vol. 1. N. 3 Bogotá. 1996.

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